Coronavirus en Argentina: se viene la “educación a distancia” y alertan que los chicos vulnerables serán los más perjudicados

Por: Paula Galinsky (Diario Clarin.com)

Paula Galinsky

Los expertos coinciden en que la aplicación será dispar en el país porque no todos tienen acceso a Internet o una computadora.

La suspensión de las clases a nivel nacional por el coronavirus deja a más de 11 millones de chicos en sus casas, entre jardín, primaria y secundaria. La educación a distancia pasa a ser la única alternativa para que no se interrumpa el proceso de aprendizaje. Según los especialistas, no se podrá implementar de la misma manera en todo el país y los sectores más vulnerables y las poblaciones de zonas rurales se verán más afectados. Todos coinciden en que los padres o cuidadores ocuparán un rol central en la enseñanza hogareña.

“Es una situación de emergencia y la vida está por encima de todo. Va a haber que continuar con actividades educativas en la casa mientras dure la cuarentena. Existen varias vías para hacerlo aunque está claro que depende mucho de si los niños tienen o no computadora y acceso a internet”, explica a Clarín Silvina Gvirtz, doctora en Educación y secretaria de Educación del Municipio de La Matanza. “Tenemos problemas de conectividad y enormes desafíos en la materia. Habrá que adaptarse según los recursos y necesidades”, advierte la investigadora del Conicet y ex directora ejecutiva de Conectar Igualdad. La distribución de libros de texto será fundamental, según Gvirtz. “La clase presencial es irremplazable y ningún país está perfectamente preparado para la educación a distancia. Sin embargo, hay que intentarlo con las herramientas que tenemos”, suma. Y destaca que, en general, es algo que se implementó más en las universidades y que existe en algunas secundarias como complemento.

“En todos los casos, el docente debe dar indicaciones y el adulto a cargo en casa tendrá que guiar e incentivar a los chicos”, señala la experta.

Gustavo Iaies, especialista en Educación, asegura que son pocas las experiencias de aprendizaje a distancia aunque sostiene que “hay tecnologías y que es posible llevar adelante propuestas en esta línea”. En cuanto a la conectividad, los celulares son una salida. Además, señala: “Más allá de los contenidos dirigidos que puedan darles desde la escuela, es importante que los padres los motiven para que lean y que no los dejen con los videojuegos”.

En los colegios Norbridge, de Saavedra, Pilar y la ciudad de Mendoza, ya implementaron el aula virtual en 2008 por la gripe aviar y con el coronavirus decidieron suspender las clases incluso antes de la decisión oficial. “Contamos con la plataforma y la aplicamos en otra oportunidad así que tomamos esa determinación para no exponer a alumnos y docentes”, afirma Daniel Ricart, director de los colegios Norbridge.

El referente de estas instituciones detalla que los alumnos deberán respetar el horario escolar y que algunos profesores van a filmar las clases y subirlas a la plataforma. Otros enviarán contenido en formato de texto o audio para que los estudiantes incorporen y, luego, puedan hacer sus consultas por mail o WhatsApp. “Se les va a dar un plazo para preguntar y después se compartirá una evaluación que los alumnos deberán completar”, precisa Ricart.

Para Axel Rivas, director de la escuela de educación de la Universidad de San Andrés, el impacto de esta manera de educar es muy desigual. “Se requieren políticas públicas para generar recursos diversos para poblaciones diversas. Está claro que afecta más a los sectores vulnerables que no tienen conectividad en el hogar o que cuentan con celular pero no pueden afrontar el costo de los datos móviles”, reflexiona.

“Es una situación de emergencia que nos obliga a responder de inmediato. Y no hay que bajar los brazos ni pensar que las barreras no son insalvables. Está bueno que el libro de texto esté presente aunque también es clave que circulen guías para padres o para los familiares que acompañen el proceso”, remarca Rivas. Y agrega: “Hay que sumar estrategias como leer junto a los niños, hacer juegos didácticos con componentes educativos y dedicar tiempo a una conversación enriquecida”.

Fuente: Clarín.com

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