Es docente de Filosofía y Ciencias de la Educación, especializado en Constructivismo y Educación, y cursa una maestría en “Proceso educativo guiado por la tecnología” en Córdoba.En diálogo con El Tribuno de Jujuy indicó que la educación virtual necesita realizar una pausa para que se repiensen los procesos, las herramientas y apoyos necesarios.
El Tribuno de Jujuy
-La escuela se mudó a la virtualidad. Ante este panorama, ¿cuáles cree que son los desafíos que enfrentan los docentes en estos momentos?
-Sí, nos mudamos a la virtualidad de golpe. Yo creo que implica adaptarse a una nueva realidad, ya no se habla de educación a distancia sino en línea y entender que esa educación demanda otro tipo de recursos. El paso a la virtualidad nos obligó a desarrollar capacidades para garantizar la continuidad pedagógica. Muchos docentes que aún no habían pensado en la necesidad de incorporar las herramientas necesarias para realizar educación mediada por la tecnología y hoy se dieron cuenta que necesitaban hacerlo, los empujo a incorporar muchos aprendizajes pero también se encontraron con muchos obstáculos.
Fue como si de un día al otro tuviéramos que ubicar escuela en otro espacio y eso implica otro tipo de capacidades y recursos, algunos había y otros no. Yo me especializo en Educación y Tics y hace mucho tiempo atrás venía trabajando en la necesidad de incorporar herramientas y conocimiento pero sentía que muchos profesores no percibían la potencialidad de la tecnología. Pero la pandemia hizo que un día para el otro tuvieran que desarrollarse con la tecnología y allí encontramos los obstáculos de la conectividad, la falta de disponibilidad de los dispositivos que tienen los chicos y el desconocimiento de los herramientas disponibles para el proceso educativo. Por ejemplo, la mayoría de mis estudiantes se conectan desde el celular con paquetes de datos y esto nos obliga a pensar en páginas que no consuman datos como las hay plataformas.edu, que se convierten en una ayuda y como esto hay que repensar muchas cosas.
-Entonces, ¿considera que en Jujuy no estábamos listos para el tipo de educación que se está dictando?
-Yo creo que deberíamos hacer un alto para repensar esta situación. Creo que lo que hoy tenemos se pensó como algo temporario y eso hizo que no haya planificación y una política educativa que tenga en cuenta varias cosas, como la conectividad, las plataformas adecuadas, la organización de los procesos, el apoyo que necesitan los docentes. No se pensaron en los procesos de apoyos necesarios ante cualquier cambio.
Por ejemplo hubo casos en los que los docentes tuvimos que enseñarles a los colegas cómo hacer uso de Whatsapp Web. Creo que teníamos que haber hecho una pausa para analizar qué hay disponible y qué se puede hacer con ello, además de pensar que es lo indispensable en el contenido que es necesario enseñar.
Hay que pensar en todas las situaciones, yo tengo una alumna de nivel superior que es mamá y tiene tres hijos en la escuela y un solo celular en la casa con paquete de datos, que me obliga a pensar y planificar pensando en plataformas que consuman menos datos. También hay que pensar en los docentes que tiene 3 o 4 cursos y se manejan con grupos de Whatsapp que están llenos de fotos y audios que llenan las memorias de los teléfonos y no contribuyen a una buena organización. Muchas veces hay padres que dicen haber enviado la tarea pero el docente la perdió entre los mensajes, situaciones que se podrían evitar cuando hay otras herramientas pensadas para la enseñanza. Son muchos los cambios que deben enfrentar los docentes pero tambien las familias y los alumnos.
-¿Piensa que la modalidad virtual del dictado de clases que vino en una contingencia tiene posibilidad de quedarse?
-Sí, creo que hay que entender que estas tecnologías vinieron para quedarse, como fue en su momento el aula, que fue una herramienta que llego a la educación para quedarse y hoy nos parece lo más normal, así que creo que la tecnología vino para quedarse en los procesos educativos. Cuando se produzca el retorno presencial al aula, hay que ver cómo nos organizamos para cumplir los protocolos y mientras tanto vamos a seguir dependiendo de la tecnología. Donde no hay internet habrá que buscar otra estrategia, pero tenemos que pensar que algún momento esos lugares también van a tener conexión y estaría bueno para pensarlo a futuro.
-¿Los docentes tienen los recursos necesarios para guiar un aprendizaje significativo desde la distancia?
-Creo que los docentes están dando clases como estábamos acostumbrados a dar clases en las aulas, trasladamos esos modos a las herramientas que sabíamos usar como Facebook, Whatsapp, Clasroom o Moodle a la que podíamos manejar. Pero no tuvimos tiempo de pensar que esas herramientas plantean otro tipo de dificultades, como un cambio en el lenguaje, un cambio en la planificación de clases, todo tiene que ser diferente. Por ejemplo un alumno contaba que un docente dio tres horas de clases por Zoom. Eso muestra que el docente sigue haciendo lo que hacía en el aula, solo que a través de la herramienta que sabe usar, cuando en realidad lo que tenemos que pensar que estas herramientas tienen otras potencialidades y requieren que nos adaptemos a ellas. Sí veo que hay muchas iniciativas de trabajar en comunidad, muchos docentes se ponen de acuerdo para brindar tareas que abarquen varias materias. Ví maestros que usan un canal de Youtube. Hay diferentes situaciones de acuerdo a la orientación institucional, pero también hay ausencias de acompañamiento.
-¿Cuáles son las potencialidades de las clases online?
-Por ejemplo hay aplicaciones que tienen chats entre alumnos que permiten ejercitar la escritura y al mismo tiempo leer a sus compañeros. Ejercitar la escritura siempre nos costó y quizás ahora podríamos hacerlo. También podríamos fomentar el aprendizaje en comunidad, en colaboración, creo se que se trata de ir cambiando modelos pedagógicos para ir adaptándonos a la realidad de los alumnos. Hay muchos chicos que no se pueden conectar o los adolescentes que no se interesan en las clases y por las características de edad necesitan una atención particular para que no se interesen por otras cosas y si lo hagan por el estudio, todas esas situaciones deben ser contempladas.
-Muchos docentes se oponen a los exámenes virtuales, ¿qué opinión tiene al respecto?
-Creo que hace falta establecer más procesos de apoyo. Yo tuve la experiencia de tomar exámenes y allí pude ver que hacía falta pensar y planificar el examen teniendo en cuenta la realidad de cada alumno, en principio tengo que pensar qué enseñamos y cómo lo hicimos y luego las posibilidades del alumno. Una estudiante me decía que viven en un pueblo pequeño donde la emergencia por Covid-19 pasa de largo y allí el problema es la conectividad, ella sólo tenía un horario acotado para conectarse, eso me empujó a tener que aprender que debía pensar una evaluación sólo para ella y sus características. Hay que pensar con las posibilidades que hay, cuáles son las soluciones posibles. Por eso creo que las instituciones deben contar con una plataforma particular, una extensión.edu.
-¿Cree que este cambio marca una ruptura en la educación tal como la conocemos?
-Y sí, la pandemia marca un antes y un después. Tengo la sensación que viene para largo, hay cosas que aún no son claras, todo parece provisorio. Por eso necesitamos construir comunidades que piensen y aporten solidariamente para generar ideas nuevas para afrontar la nueva educación. El saber de uno sirve al otro y así mutuamente nos reconstruimos. Y creo que este antes y después que vamos a vivir en la comunidad educativa también se aplica a otros ámbitos de nuestra vida cotidiana.